lunes, abril 14, 2008

Trigésimo aniversario de la trayectoria profesional de uno de los mejores flautistas del mundo

El del sábado fue un concierto de tres equis en el Palacio de Bellas Artes.




(Horacio Franco con la violinista Erika Dobosiewicz de
Capella Cervantina
Foto: Francisco Olvera)

No por otra razón, sino porque se trató del festejo por el trigésimo aniversario de la primera presentación de Horacio Franco en ese mismo recinto, el mayor escenario cultural del país.

Considerado uno de los mejores flautistas de pico del mundo, la suya fue una actuación memorable, entregada, gozosa, llena de virtuosismo y derroche físico, con una sala a reventar.


Más de dos horas de música de excelente y sabrosa factura; programa variado, sin prejuicios: lo mismo Bach que los Beatles, Vivaldi que uno que otro cachondo danzón o lo abstracto de la música contemporánea.

Refinamientos y sutilezas al por mayor en la interpretación mantuvieron al público en estado permanente de fascinación, embebido en una atmósfera colectiva de alegría y placer.

Un concierto fuera de los cánones convencionales, no sólo por esa inusitada mezcla de géneros y épocas, sino por la ruptura que el músico mexicano impulsa desde hace varios años de ese modelo de solemnidad acartonada, decimonónica, prevaleciente en la mayoría de las salas del mundo.

Sin poses, Franco salió al escenario con una apariencia más propia de un estrella de rock o de pop que de un músico de concierto: pantalón negro ceñido, un lustroso chaleco en ese mismo color, adornado en su parte frontal con dos dragones en vino; sin camisa, resaltando así sus marcados brazos, producto del trabajo en el gimnasio; una arracada en su oreja derecha y peinado punk, con una cresta de cabello que abarcaba desde la frente hasta la coronilla, en mitad de su cabeza.

Para la ocasión, el flautista diseñó un programa variado con el cual buscó adentrar y propiciar en la audiencia diferentes estados emocionales y espirituales. La primera parte del concierto estuvo dividida en cinco apartados. El primero, intitulado El infinito, con el preludio de la Partita BWV 1006, de Bach.

Le siguió después Lo profundo, también representado por ese autor alemán, con su Sonata en si menor; y luego Lo expresionista, con Ícaro obra escrita en 1990 para el flautista por la mexicana Ana Lara.

Vino más adelante el momento de Entre lo terrenal y lo espiritual, una suerte de collage que mucho define lo que es el intérprete y sus gustos, con piezas de Bach, partes de las suites francesas e inglesas, varias rolas de los Beatles y algunos danzones. Y para cerrar, El swing, con una partitura de Claude Bolling.

Con más de una hora de duración, en ese primer segmento del concierto el músico actuó lo mismo solo que acompañado por los clavecinistas José Suárez y Fabián Espinoza, así como por el contrabajista Víctor Flores, con quien mantiene desde hace algunos ayeres el inusual dueto de La bella y la bestia.

Abucheos para Vela

Denominada Los más grandes, la segunda parte de la velada estuvo dedicada predominantemente a la música de Vivaldi, con tres de sus conciertos, en cuya ejecución Horacio Franco estuvo al frente de la Capella Cervantina, agrupación fundada y dirigida por él.

Como parte del festejo, el flautista develó, casi al principio de su actuación, un clavecín que fue decorado, así se acostumbraba en el barroco, con la pintura Tráfico de almas, un regalo que le hizo el pintor Eduardo Núñez, en atención a este trigésimo aniversario. También, antes de comenzar a tocar, recibió un breve homenaje institucional en el que el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Sergio Vela y María Teresa Franco, respectivamente, le entregaron un diploma y le dedicaron breves discursos de reconocimiento a su labor de intérprete, docente y como promotor musical y cultural.

Por cierto, Vela recibió incipientes rechiflas y abucheos de entre el público, lo mismo cuando lo presentaron que cuando iba a iniciar su intervención.



Ángel Vargas (Diario La Jornada)



Diario Milenio (Noticias Recientes)

1.RINDEN TRIBUTO A LES LUTHIERS CON EL ESPECTÁCULO "CLARO DE LUNA”

El proyecto único en su tipo, que desarrollan egresados de la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), presentará su primer sencillo “Claro de luna” (Suite espacial), en homenaje a Les Luthiers.

México, D.F.- Música, teatro y humorismo conjuga el espectáculo “Humorosamente Mpkstroff” que los días 2 y 3 de mayo próximos ofrecerá funciones en Mérida, Yucatán, mientras que los 11 y 18 del mismo mes en la Ciudad de México.

El proyecto único en su tipo, que desarrollan egresados de la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), presentará su primer sencillo “Claro de luna” (Suite espacial), en homenaje a Les Luthiers.

Se trata de un trabajo interdisciplinario, dirigido por Mauricio Durán en la parte musical y por Jorge Galaviz en lo escénico. Las obras son del quinteto argentino Les Luthiers, con arreglos y adaptaciones.

Al regresar de Mérida, “Humorosamente Mpkstroff” se presentará los 11 y 18 de mayo en el Teatro Bar “El Vicio” con un elenco integrado por Mauricio Durán, Leonardo Luna, Vinicio Marquina, Hugo Grob y Bernie Egremy.

Durante 2006 y 2007, el Ensamble Mpkstroff sobresalió con el espectáculo “Con Cierto Homenaje a Les Luthiers” en escenarios como Kiosko de la Alameda Central, el Teatro Bar El Vicio, la Planta de Luz de Germán Dehesa; y diversos foros y espacios de la UNAM.

Mpkstroff tiene como finalidad difundir la música de Les Luthiers con miras a consolidar un proyecto inédito que ya se ha comenzado a gestar en el estudio de grabación.

“Humorosamente. Mpkstroff” es un espectáculo de humor músico-teatral que promete ser una experiencia única y diferente, con la garantía de casi tres años de trabajo del ensamble en diversos escenarios de la capital mexicana.

Notimex

2.OFCM interpretará programa 12 de su Temporada de Conciertos 2008

Con estas obras se integra el décimo segundo programa de la Temporada de Conciertos 2008, bajo la dirección del director español Max Bragado-Darman.

México, DF.-La “Obertura Rosamunda”, de Franz Schubert; el “Concierto para Viola”, de William Walton; y la “Suite de sueño de una noche de verano”, de Félix Mandelssohn, serán interpretadas por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), los días 12 y 13 de abril, en la Sala Silvestre Revueltas.

Con estas obras se integra el décimo segundo programa de la Temporada de Conciertos 2008, bajo la dirección del director español Max Bragado-Darman.

Este último, nacido en Madrid, es en la actualidad el director musical y artístico de la Monterey Symphony, en California.

Muchos artistas distinguidos han colaborado bajo su dirección y tales son los casos de Alicia de Larrocha, Teresa Berganza, Horacio Gutiérrez, Elmar Oliveira y Anne Akiko Myers.

Lo mismo que Andre Watts, Reiko Watanabe, Mark Seltzer, Jard Van Ness, Angel Romero, Aaron Rosand, Dickran Atamian y Gary Graffman, entre otros.

En 2003 terminó la nueva edición de la ópera “María del Carmen”, de Enrique Granados.

También ha sido director titular de las orquestas Sinfónica de Gran Canaria, Concerto Grosso de Frankfurt, Alemania; Classic Chamber Orchestra, de Nueva York; Juvenil de Nashville, Orquesta Sinfónica de la Universidad Estatal de Ohio, Orquesta Sinfónica y de Cámara del Cleveland Institute of Music.

Asimismo ha colaborado con la Orquesta del Teatro San Carlos de Lisboa, la Sinfónica de Londres y la del Metropolitan de Nueva York, como otras muchas en Estados Unidos. En España ha dirigido las orquestas más importantes del país.

Por su parte la violista estadounidense Rita Porfiris ha sido miembro de la Sinfónica de Houston desde 1995. Es originaria de Nueva York y recibió su grado de licenciatura y maestría en ejecución de viola de la Escuela Juilliard.

Ha sido violista principal invitada en la Sinfónica de Indianápolis, violista principal con la Sinfónica del Nuevo Mundo y la Schleswig-Holstein Orchester, así como en la sección de Radio-Sinfonie Orchester Berlin y la Baroque Orchester Berlin.

Sigue Interpretará OFCM… dos… Berlin.

Rita también fue miembro durante una larga temporada del Cuarteto Plymouth formado en la Sinfónica del Nuevo Mundo, con el cual recorrió Estados Unidos de Norteamérica, Europa y Sudamérica, recibiendo elogios por parte de los críticos.

Recibió el prestigioso Prix Mercure de Austria, así como uno de los premios más altos en la Competición de Música de Cámara Fischoff, la Competición para Viola William Primrose, y fue galardonada en la Competición Internacional para Cuartetos Paolo Borciani.

En lo que corresponde a Obertura de la música incidental a Rosamunda, Princesa de Chipre, su autor, Schubert, hizo de cada año de su vida adulta un año productivo en el ámbito de la creación musical.

En febrero de 1823 compuso su “Sonata para piano en la menor”. En ese mismo año pasó parte del verano en un hospital, y es probable que durante su estancia en el nosocomio, haya empezado a trabajar en uno de sus proyectos más ambiciosos: la ópera Fierabrás.

No obstante, la enfermedad, la soledad y los fracasos no le impidieron crear ese mismo año una de sus obras más notables, el hermoso ciclo de canciones titulado La bella molinera, que es uno de los puntos culminantes del repertorio del lied de todos los tiempos; 1823 fue también el año en que Schubert escribió la música de Rosamunda.

En 1823, en el Theater an der Wien, de la capital austriaca, se puso en escena la obra teatral “Rosamunda”, escrita por la señora Helmina Von Chézy y con la música incidental compuesta por Schubert.

La pieza, que hoy se conoce como la “Obertura a Rosamunda”, nació originalmente como obertura para “El arpa mágica”, y la obertura interpretada originalmente con la representación teatral fue en realidad la obertura de Alfonso y Estrella.

Después, el “Concierto para viola y orquesta”, de Walton, tuvo al parecer como fuente de inspiración el “Primer concierto para violín de Prokofiev”, obra con la cual comparte ciertas características a pesar de la evidente diferencia estilística y expresiva entre el compositor inglés y su ilustre colega ruso.

Dos cualidades resaltan sobre las demás: una solidez formal que habla bien de la soltura con que Walton manejaba las estructuras clásicas, y una vena poética de lirismo noble y contenido que por momentos pareciera ser un rostro oculto de Walton.

“El Concierto para viola”, de Walton, fue estrenado en Londres en 1929, bajo la dirección del compositor, llevando como solista a Paul Hindemith (1895-1963), quien además de ser el compositor alemán más notable de su tiempo, fue un espléndido ejecutante de la viola.

Sigue Interpretará OFCM… tres… viola.

Tres décadas después del estreno de la obra, Walton retomó la partitura de la obra y realizó una revisión de su “Concierto para viola”, en 1962, dándole la forma definitiva con que hoy se le conoce.

Finalmente, Mendelssohn compuso la “Obertura sueño de una noche de verano” en el año de 1826, cuando tenía 17 años, y esperó otros 17 para componer el resto de la música incidental, cosa que hizo a petición expresa del rey Federico Guillermo IV de Prusia, en el año de 1843.

La obertura fue estrenada en concierto por Carl Loewe en 1827, al año siguiente de su creación, y la música incidental completa se estrenó en octubre de 1843 en el Teatro de la Corte de Potsdam, acompañando a una puesta en escena de una comedia de William Shakespeare.

Notimex

3.Conmemorarán con recital 60 aniversario luctuoso de Manuel M. Ponce

Lo ofrecerá el guitarrista Raúl Zambrano, quien ofrecerá el recital, se especializó en el repertorio segoviano, particularmente en la ejecución de la música de Manuel M. Ponce para guitarra.

México, DF.-En conmemoración por el 60 aniversario luctuoso del compositor mexicano Manuel María Ponce, el guitarrista Raúl Zambrano ofrecerá un recital en el marco del ciclo Música de Cámara, el próximo 13 de abril, en el Anfiteatro Simón Bolívar.

Nacido en Zacatecas el 8 de diciembre de 1882, Manuel M. Ponce estudió en el Conservatorio Nacional de Música hasta 1903, para luego viajar a Italia y Alemania, entre 1906 y 1908, antes de regresar a México para dedicarse a la docencia de piano e historia de la música.

Aunque compuso para varios instrumentos dominó la guitarra, luego de la amistad que sostuvo con el guitarrista español Andrés Segovia, recibiendo el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1947.

Por su parte Raúl Zambrano, quien ofrecerá el recital, se especializó en el repertorio segoviano, particularmente en la ejecución de la música de Manuel M. Ponce para guitarra.

Asimismo fue el fundador del Cuarteto de Guitarras Manuel M. Ponce, en 1994, y lo dirigió a partir de 2002.

Como parte de su carrera artística ha estado presente en Bélgica, España, Portugal, Francia, Italia, Cuba, Chile, Perú, Costa Rica, Paraguay, Rusia, Estados Unidos e Inglaterra.

También ha sido solista del Cuarteto de Cuerdas de León, de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, de la Orquesta Sinfónica del Estado de México y de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Además de la Orquesta Sinfónica de Michoacán, de la Académica del Estado de San Petersburgo y de la Orquesta de la Ciudad de Asunción, entre otras.

Zambrano ha trabajado bajo la batuta de Gordon Campbell, Enrique Bátiz, Lior Shambadal, Fernando Lozano, Arkady Steinluth y Luis Szarán.

Durante el recital se interpretarán el Preludio en mi mayor, la Suite en la menor, la Sonata romántica y Variations sur “Folia de España” et Fugue.

Notimex